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martes, 26 de octubre de 2010

La artesana y sus glorias

Tuvo su primer gloria siendo muy joven,
demasiado, soñando con ella desde niña.
Utilizo todas sus herramientas para esta gloria, 
tal vez, dejando de lado un poco, las otras que fueron llegando.
Fue dura, exigente, pero su idea de formar esta gloria era muy bella,
los vientos, huracanados, que llegaron a ella, 
desviaron su meta de formar todas sus gloria, 
y con las herramientas que le quedaban armo las otras, 
cincelo, de mala manera al resto y descuido su ultima gloria;
porque había formado tan bien a la primera; con valores tan fuertes, creía ella, 
que se despreocupo, y comenzó su artesanía en otros lados, 
con mas empeño en ella misma que en sus glorias.
Los años transcurrieron y sus glorias fueron,
tomando carácter propio.
Un día se encontró que a muchas de ellas las desconocía...
no eran las mismas...eran distintas...mezquinas...
Y ella pensó, casi llorando, porque si les dio todo...
todo lo que tenia, se volvieron así.. desconocidas!!!!
De las otras glorias lo entendió todo,
comprendió su desdén para formarlas...
Y comenzó , un nuevo cincelado, pulió su propia vida; 
a tal punto de, esta vez, olvidarse de si misma!
Y el resto de sus gloria se fue hermoseando, aplicó, 
calidez en sus movimientos, y con formón y cincel fue corrigiendo,
cada error que veía deformado.
Si bien la obre, aun, no ha completado;
con tristeza descubrió que toda gloria,
no siempre se maneja humanamente,
que hay golpes, que Dios permite, ocurran,
solo para crecer de otra manera.
Que fue de su gloria primera?
Pues esta se olvido de su artesana;
la desdeñó, sin piedad y con desprecio,
y se fue detrás de otras glorias 
que no le dejaban, la alegría, 
que tal ves ella necesitaba.
Se fue olvidando de ella, su artesana, 
y prefirió correr tras otras glorias 
que creyó superiores a la misma.
Que dolor para esta, la artesana,
descubrir que su GLORIA, su obra de arte;
prefería el desprecio y la indiferencia, 
a la delicada convivencia que lleva 
de vivir todos los vientos.
Hoy la artesana sigue, construyendo;
pues para eso fue llamada;
sabiendo que los vientos de a vida
irán girando y barriendo el polvo grueso,
que va dejando el cincel en su camino.
Y la esperanza de que tal vez, 
a la llegada de su invierno,
su gloria postrera, sea mejor que la primera.






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